¿Alguna vez has abierto los ojos debajo del mar?

Se ve borroso, y te sientes algo desorientado, no sabrías decir donde está el norte o donde está el sur... lo único que ves son millones y millones de partículas de agua removidas en arena y sal, una mezcla heterogénea, lo único que te preocupa es volver a salir al exterior. En apenas unos segundos sientes infinidad de cosas entre ellas miedo y libertad, te sientes como si de un pez se tratase.
Los humanos solo aguantamos debajo del agua unos segundos, y algunos muy bien preparados pueden llegar a un par de minutos, pero estos últimos no suelen abundar.
El mar es un infinito río de lágrimas y el mundo es un pañuelo ¿Contradicciones, metáforas... o las dos? Todo puede ser.
Por fin subes, coges aire y respiras profundamente, te tumbas flotando en el agua, podrías tirarte horas y horas así, con el calor del sol azotándote suavemente en la cara, con los ojos cerrados, y a la vez notas que la corriente te arrastra mar adentro, te asustas... no sabes en que lugar puedes acabar si sigues allí tumbado y abres los ojos, nadas hasta la orilla hasta salir del agua, y corres hacia la toalla a quitarte esa mierda pegada a tus pies llamada arena mojada.
- Te sientas y sonríes por haber sentido una vez más y por haber añadido una nueva página a tu álbum de experiencias en la vida.